Good Bye Lenin Sinopsis: Berlín, octubre de 1989. Unos días antes de la caída del Muro, la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas comunistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, su hijo hará lo posible y lo imposible para que no se entere de que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre viva cómodamente creyendo que nada ha cambiado. “Good Bye, Lenin“, película alemana de 2003 dirigida por Wolfgang Becker, Una promesa del cine independiente que tras esta exitosa producción no ha hecho más cine. Un ingenioso y divertido guion del propio director y de Bernd Lichtinberg que transcurre en el seno de una más o menos acomodada familia de la RDA durante los acontecimientos de la caída del muro de berlín entre 1989 y 1990, y la implacable invasión del capitalismo más liberal. En medio de toda esta vorágine, una historia de amor de un hijo con su madre enferma y adicta al régimen, montando una realidad paralela para tratar de evitarla un disgusto, implicando junto con un buen amigo a familia, vecinos y hasta a un famoso astronauta. Una producción de bajo presupuesto, menos de 5 millones de euros que recaudó unos 80 millones, obtuvo numerosos premios europeos y el aplauso general de la crítica. Con un hiperactivo protagonismo del joven Daniel Brühl (barcelonés de padre alemán) que lanzó su ascendente carrera, bastante comprometida con temas sociales, junto con Katrin Sas y unos buenos secundarios, la película habla más de las renuncias personales, de la vida familiar en el este o en el oeste, de la adaptación a los cambios imprevistos a los que es imposible renunciar, haciendo pequeñas implícitas o explícitas críticas a algunos símbolos de cada régimen, pero sin profundizar demasiado en análisis políticos o sociales. Muy buena banda sonora del compositor francés Yann Tiersen, autor también de la afamada Amelie e integrante del movimiento minimalista con su instrumentación favorita de piano y violín. En la tertulia con Juan Carlos Moreno y Luis Alarcón

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